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Son las historias de amor las que se cuentan en las películas, son las historias de desamor las que se viven en la vida real. Son amores que se curan por las cuerdas de la eléctrica y vuelan por los altavoces del amplificador. Son besos que nadan en whisky, emborrachándose de melancolía. Son abrazos que funden en caladas de desamor. Me dejaste el colchón a medias, lo demás lo arrancaste de mi sin pensar. No cura escribir nada, no se olvida queriendo recordar.

 Te espero con la guitarra fumando, pero prométeme que no vas a tardar.

Ahora, es demasiado tarde.

Escribo para olvidarte, para contar el típico " lo que pudo ser y no fue", para reflexionar tu cuerpo, tu sonrisa desde las cuerdas de la guitarra,te escribo para escribirte una canción, para volar contigo sin tenerte cerca, para tener una excusa para pensar en ti de un modo más "profesional", para rentabilizar el desamor, para poder verte en re menor, te escribo para imaginarte escuchándome cantando, te escribo porque cantaste en mi corazón un blues melancólico antes de llevarlo contigo y devolvermelo después de mucho tiempo. Te escribo porque no te veo, te escribo porque no te quiero ver, porque es más fácil recordarte en el estribillo, porque en las estrofas no te puedo ni oler.

Jaenada, Camarón.

Like a guitar player

Me siento en el suelo al lado del ampli, muy a lo Duane Allman, y le doy al pedal para cambiar al canal de distorsión. Riffs, solos... Vuelvo al canal en limpio y empiezan las versiones, Por mi tripa, La chica de ayer, Donde habita el olvido, Siempre estoy soñando, Salitre... Fumo, siempre fumo cuando toco, la telecaster ya tiene la marca de quemadura en el clavijero que le da un toque tostado que me encanta, me arranco con alguna melodía nueva, falta letra. Vuelvo al canal de la distor y le meto caña. Me encanta estar en el trastero con el psicodélico poster de Jimi en la pared cuidandome ,como la típica  imagen de Jesús en casa de una señora mayor, estoy en mi Cavern y aquí nadie me puede parar.

Hasta perder

Todos alguna vez hemos bebido hasta perder el control, muchas veces en compañía, de fiesta, de celebración, muchas otras solos, queriendo desaparecer, pero sobretodo, queriendo olvidar. Hemos obtenido muchas derrotas pero ninguna la hemos sentido igual que cuando ella nos dijo se acabó, luego además pensaba y hasta quería, que llorara por mi, pero el que lloraba entonces era yo. Esto es así, a veces gloria, a veces barro, muchos pasamos más tiempo ahí pero en esos pequeños momentos de éxtasis vale la pena haber buceado entre todo el barro del mundo, haber bebido y llorado porqué ese momento tan efímero, simplemente vale la pena haberlo vivido, aunque sólo haya ocurrido en la mente de un borracho que ha bebido hasta perder el control.

Esta canción es una obra maestra de Los Secretos, con algo de letra de Sabina, y maravillosamente versionado por el genio de patillas y calva, don Adolfo Cabrales.