Te exalé rápido con los labios de mis ojos, para que quemaras las retinas desde bien adentro e instauraras una dictadura sexual. Me colocaste fuerte, me mareé al andar y no quise otra cosa que no fuera volar contigo lejos de aquí en busca de ternura acentuada con un poco whisky, sacado de ti.
Despúes como se expulsa el humo de adentro para olvidarte te solté otra vez por esos labios, pero el adiós no era un adiós era un locura que llevó al vacío y aunque ese momento me lo perdoné, ahora me atormenta el girarme y verte a mi lado cuando duermo y sueño que no soy yo..soy él.
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